Calidad y sabor en
cada ingrediente

A comienzos del año 2000, el Perú se encontraba con una aguda crisis política durante el tercer mandato de Alberto Fujimori y esto originó el desempleo. Como generador de nuevas oportunidades con una visión de negocio propio, ese momento Marcelino adopta una idea de negocio relacionado a la gastronomía, con una perspectiva de propuesta de valor validado por sus clientes, desde la forma de producir empanadas combinándolos con variedad de rellenos que serían afines al gusto del cliente y el servicio personalizado. 

Es decir, hace 18 años Marcelino descubrió la ruta del emprendimiento, basado en algunas técnicas culinarias que heredó de sus tatarabuelos y una pequeña investigación de mercado de manera autodidacta, le permitió la genialidad de formular las recetas innovadoras, la cual ha superado todos los obstáculos a pesar de no contar con recursos financieros. 

En conclusión, con una pequeña genialidad se pudo realizar cambios de estilo de vida de su familia y muchas personas tomaron como ejemplo de innovación por competencias. Finalmente, después de todas las lecciones aprendidas en la trayectoria empírica Marcelino Loarte y Norma Córdova decidieron fundar la empresa Inversiones Loarte Córdova S.A.C., sin perder la esencia de un buen producto, servicio y calidad en toda su dimensión.